sábado, 18 de abril de 2009

Calma

En esta noche me abandono a un olvido
tan profundo como la oscuridad
del rincón más recóndito.

En una mano unos disonantes acordes,
en la otra un viejo libro,
y sentada a mi lado, la soledad,
silenciosa como siempre, me contempla.

De repente, sin siquiera pensarlo,
una sonrisa se esboza en mis labios,
tal vez por egoísmo...
pues este momento es mio.


Sólo mio.

1 comentario: