sábado, 24 de enero de 2009

Otra de pedales (public.orig. 18/09/08)

Es jueves por la mañana. Mi dia libre. Me levanto algo más tarde de lo habitual. Voy al WC no sin encender el PC antes de salir de la habitación. No me gusta esperar sentado a que arranque windows, así que lo dejo hacer y mientras tanto voy arrancando mi sistema operativo a su tiempo.
Vuelvo, me siento delante de mi ya iniciado PC y bueno... lo habitual para ir despertando... emule, messenger, facebook y demás chorradas. Todo en orden, hay vida ahi fuera, el mundo sigue girando. Desayuno un zumo y cereales como es norma en mí desde hace mucho, me acerco a la ventana y una sonrisa se dibuja en mi rostro al contemplar el cielo encapotado. Es perfecto. Al menos para lo que yo quiero.
Voy enfundandome el equipo: Malla Specialized ajustadilla, pantalones deportivos menos ajustados xD, deportivas, mis fulas de ciclismo (tambien Specialized), mi casco... dudo si coger el movil o no. No lo necesito pero podria salvarme si tengo algún apuro. Al final lo cojo. Llaves de casa y ya.
Ah! Casi me dejo lo esencial. Mi bici (sí, Specialized tambien xD).
Me meto con mi bici en el ascensor. No es tarea facil, aviso. Pero la experiencia es buena compañera y la puerta suele cerrar a la primera. Bajo y salgo a la calle. No hace demasiado calor pese a estar a mediados de Septiembre, lo cual es igual de bueno o más que tener el cielo encapotado. Me monto en mi bici y, tras comprobar que todo está en orden, me lanzo a mi destino. Una vez más, Collserola. A los que queremos ciclismo de montaña, vivimos en Barcelona, y no queremos irnos a la quinta puñeta no nos quedan muchas más opciones.
Llego hasta la calle Balmes y me dispongo a ascender para ya no dejar de hacerlo en un buen rato. Hay bastante tráfico. Las 11 de la mañana no es la mejor hora para darse una vuelta en bici por Barcelona, todo sea dicho, pero no tendré que soportar el humo y los claxon por mucho tiempo. Termina Balmes y empieza la Avenida del Tibidabo. Veo el tramvia blau y unos cuantos guiris haciendo cola. Me pregunto que narices le verán a pagar 4€ por un trayecto de 5 minutos que puede hacerse perfectamente en bus por bastante menos. Pero siempre estan ahí, no importa el dia o la hora. En fin, los ignoro una vez más y sigo subiendo. Lo hago por la acera, es lo suficientemente ancha y no hay mucho peatón al que molestar. Empieza a humedecerseme la piel, cosa que me beneficia porque empezaba a entrar en calor y con la brisa noto una sensación refrescante que me ayuda a enfrentarme a lo que viene.
Llego a la Ronda de Dalt. Nada fuera de lo habitual. Mucho coche bajo mis ruedas, me alegra pensar que voy a alejarme de todo este caos por un rato. Sigo el recorrido del maravilloso tramvia blau y la cosa se pone dura. Esto... bajo mis ruedas xD. La pendiente empieza a ponerse difícil y me veo en la obligación de subir a 3º piñon... luego a 2º... si quiero seguir con vida más adelante. Empiezo a sudar. El puto tramvia blau me adelanta desafiante y la revisora me grita un "ánimo que ya falta poquito!" que yo contesto llevándome el índice y corazón a la frente y apartándolos en un gesto militar. No sabe de qué habla. Que falta poquito? Acabo de empezar ricura.
Acaba la pendiente. A mi derecha el bar Mirablau y una primera panorámica de la ciudad. No está mal pero desde más arriba se ve todo más bonito y ajeno. Bajo piñones y sigo a lo mio. Me sacudo un poco las gotas de sudor y me adentro ya en montaña. El aire se hace algo menos denso, noto que respiro mejor y la presencia de verde y ausencia de gris renuevan mis fuerzas para seguir subiendo por la Carretera de les Aigües. La pendiente vuelve a complicarse pero esta vez se me hace menos duro. Me desvio a la izquierda por un camino llano de tierra. Hoy de decidido tomar la ruta media. Puedo hacerla en una horita. De forma que en el siguiente desvio me voy por la derecha y dejo el camino llano a la izquierda, que forma parte de la ruta más larga de las 3 que suelo hacer. De nuevo una pendiente jodida, esta vez de verdad. Posiblemente la peor de todas. Vuelvo a subir a 2º piñon (siempre plato medio, el pequeño solo lo uso en el improbable caso de que deba subir por alguna pared, y el grande para bajadas). A mi izquierda los edificios, muchos, cada vez más pequeños. Me cruzo con algunos operarios que al parecer realizan obras de mantenimiento en el bosque, aunque fijándome bien veo que únicamente en apariencia, porque no hacen otra cosa que estar de palique. Tras mi desilusión prosigo por la pendiente que ya se ha suavizado un poco, y un poco más adelante abandono el camino de tierra para volver al asfalto. El camino está cortado por una cadena de lado a lado, dejando un espacio de algo menos de un metro para pasar sin tener que bajarme de la bici (si puedo, jamás me bajo de ella de principio a fin de trayecto). En ese pequeño espacio hay además un bache y noto como rasco el suelo con el pedal al pasar, sin mayores consecuencias.
Al llevar un rato en tierra y pasar a asfalto siempre tengo la sensación de aligerar peso, algo completamente lógico al oponer la tierra mayor resistencia a mi paso. Sigo un pequeño tramo hasta que me uno a la carretera que viene de Vallvidriera, por donde habria venido de haber escogido la ruta larga. Sigo por ella dirección Tibidabo. El pendiente baja y me siento algo aliviado, queda una tramo corto. Paso a escasos 10 metros de uno de los pilares de la torre de Collserola, a mi izquierda. Por fin tengo una perspectiva decente de Barcelona a mi derecha. El cielo ha cogido una tonalidad grisaceo-amarillenta que le confiere un aire post-apocalíptico xD. Hasta el mar parece haberse congelado. La capa de nubes llega más o menos hasta la costa y a partir de ahí se ve un brillo amarillento que contribuye a darle sentimiento al paisaje. Realmente parece una ciudad muerta... menuda paradoja.
Vuelvo a lo mio aunque en realidad nunca lo dejé. Termino el tramo de carretera hasta llegar a la intersección con la Arrabassada. Normalmente subo hasta el mirador del parque de atracciones pero hoy no lo voy a hacer, no quiero dedicar más tiempo por hoy... Llego al punto de inflexión. Se acabó el ascenso.
Si el ascenso me gratifica en cuanto a esfuerzo, el descenso lo hace por pura diversión. Bajar por la Arrabasada a 50-60km sobre un aparato de 10kg de peso es algo único. Una velocidad que en un coche me pareceria de ir pisando huevos, cobra una nueva dimensión. Siento el viento, me silba en los oidos. Debo entrecerrar los ojos un poco pese a llevar las gafas. Me inclino sobre la bici. Subo plato. Bajo a 6º, 7º... y finalmente 8º piñon. Intento mantenerme en el arcén pero hacerlo al plegarme en las curvas seria demasiado peligroso. Miro atrás antes de hacerlo y cuando todo está correcto me preparo para la siguiente curva. Sigo acelerando. Soy libre...

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