sábado, 24 de enero de 2009

Vacio (public.orig. 30/11/08)

Supongo que en un momento u otro de nuestra vida todos hemos experimentado esa sensación que podria definirse como una ausencia de sensaciones, un vacio interno que insensibiliza nuestro cuerpo y nuestra mente ante una absoluta escasez de estímulos externos. Un estado psíquico que nos consume por dentro, desmotivandonos por completo ante una realidad que se nos presenta monótona, tediosa, y podria llegar a decir que insoportable.
Como llegar a saber que uno se encuentra en tan "favorable" situación? Tal vez por el exceso de tiempo que podemos llegar a emplear en pensar, en todo y en nada, en echarnos sobre la cama a mirar el techo un par de horitas sin mover otra cosa que impúlsos eléctricos en nuestra maltrecha cabeza. O delante de la pantalla del ordenador esperando a que a Windows se le ocurra una solución a nuestros males, o esperando una puñetera llamada, o...
...o simplemente viendo pasar la vida por delante de nuestros ojos cual película escasamente interactiva en la que nuestro papel no sobrepasa la nimiedad, un mero extra en lo que parece ser un cúmulo de situaciones, acciones y reacciones en las que al parecer no nos han reservado una plaza.
A alguien podria ocurrírsele que estos síntomas son los de una depresión. Creo que ni siquiera tendriamos la suerte de poder llamarlo así. Ni siquiera puede sentirse tristeza o desdicha en un momento así, porque tampoco existe estímulo alguno que la propicie.
En ocasiones, por unos instantes, uno consigue enfocarse a si mismo. Un breve instante, un regreso efímero al yo que se desea ocupar finalmente. En esas ocasiones, por un momento... tal vez... incluso se es feliz...

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